Capítulo X image
Después de varios años transcurridos en la granja, la mayoría de los animales que habían vivido la revolución murieron y habían pocos que la recordaban. Ya habían logrado construir el molino, pero no lo utilizaron para la obtención de la energía eléctrica, en cambio, fue utilizado para moler el trigo, pero estaban en el proceso de construir otro, que según Napoleón, quería que se usara para la energía eléctrica.
Finalmente la granja se había enriquecido después de todo lo acontecido anteriormente, aunque no fue así para los animales porque llegaron muchos animales nuevos y sabían que la situación cosas no serían como lo solían ser, pero por muy jóvenes que fueran, en toda Inglaterra sabían la canción de “bestias de Inglaterra” y además, los animales de la granja tenían el orgullo de trabajar para ellos mismos sin necesidad de regresar al cuidado de sus amos o dueños, el Sr. y Sra. Jones.
Un día, uno de los animales, se encontró a Squealer caminando a dos patas y posteriormente a los demás cerdos, al comprobar esto, fueron a ver los mandamientos, se dieron cuenta de qu en vez de estar los siete mandamientos, sólo había una frase: “todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros”, al ver semejante situación, ninguno de los animales se sorprendieron de que al díasiguiente los cerdos se comportaran como los amos, controlando a todos y a cada uno de los animales en la granja, usando látigos, suscribiéndose a revistas en donde vestían con trajes para los humanos, etc.
A la semana siguiente, se dirigieron a la granja un grupo de personas que fueron a cenar a la granja. Los animales fueron a curiosear y a escuchar atentamente lo que ocurría en la reunión, en la que estos hombres alababan la actuación de los cerdos con respecto a los demás animales. Decían que los cerdos y los hombres son iguales. Poco después acabaron peleándose por una partida de cartas. La situación terminó a tal grado en que los animales no pudieron diferenciar quien era el cerdo y quien era el hombre, eran iguales.

Debemos aceptar las situaciones que involucran la causa y efecto, porque lo que el autor concluye es que llegaron a un punto en el que de tan similares que se veían los cerdos a los humanos, no supieron los demás animales quien defender
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