En la granja cada vez tenían menos comida de la que lograron recolectar o cosechar, pero según los datos que les daba Squealer, se vivía mucho mejor que en los tiempos en los que mandaba el hombre, en éste caso, el Sr. y Sra. Jones junto con sus empleados. La mayoría ya no se acordaba de la vida que llevaban con el amo, pero suponían que debía de ser peor, o al menos, eso quería creer. Napoleón puntualmente hacía que los animales desfilaran enformación militar, levantando la pezuña y gritando: “viva el camarada Napoleón”.
No pasó mucho tiempo hasta que averiguaron nueva información acerca de Snowball. En la “batalla del establo de las vacas”, Snowball estaba en el bando de los hombres y el estaba al mando gritando, “¡Viva la humanidad!”.
Sus heridas que le habían visto eran causa de unos mordiscos por culpa de Napoleón. Además Boxer, el caballo que trabajaba más que nadie, comenzó a envejecer y a perder su fuerza, por lo que un día se lo encontraron tirado en el suelo quejándose de un pulmón. Preocupados los animales fueron a decírselo a Napoleón, pero apareció justo a tiempo Squealer diciendo que iban a mandar a Boxer a uno de los mejores veterinarios de la ciudad.
Así que el día en que se lo iban a llevar, pudieron comprobar que lo llevaban al matadero, cuando intentaron liberarlo, era demasiado tarde y ya se lo habían llevado. A los pocos días, Squealer fue a decirle a los animales que Boxer había muerto, que el veterinario había hecho lo que había podido pero que había muerto. Los siguientes días, los cerdos celebraron con banquetes en conmemoración de Boxer.
Aun teniendo al mejor integrante en el equipo, debemos aprender a tener las mismas capacidades que el otro para no tener que depender de la otra persona, nunca se sabe cuando se terminará la buena racha